No quedarnos en las buenas intenciones o en las promesas o en los propósitos. Ir a los hechos... cumplir promesas, coronas intenciones buenas o hacer verdad los propósitos.
Cuántas veces deseamos hacer cosas... cumplir con metas... hacer vida proyectos. Y qué difícil pasar de los buenos deseos a realidades.
Hoy en la liturgia cristiana aparece un ejemplo del que se propone algo y lo realiza. Y siendo algo dificil pues mayor mérito.Y lo decide en su hueco vital más profundo y rodeado de suciedad y cerdos...
Querer corregirse y pedir perdón.... cuesta y mucho.Nunca es fácil
Reconocer un error con humildad es de alabar. Y no siempre se es tan valiente.
Animarse a dar un salto sin saber bien el resultado final de la gestión...es un drama interno. Y a veces la desgana puede más o el miedo.
Y el joven del evangelio de hoy lo logró. Toma una decisión y se pone en pie. Además contó con un padre que le acogió, hizo fiesta... no lo condenó ni le dejó de dar otra oportunidad.
Interesantes lecciones en tiempos en que se nos olvida cumplir lo que prometemos o hacer vida lo que planeamos. Igualmente, excelente enseñanza en tiempos en que condenar y juzgar está por encima de la misericordia, la comprensión, el respeto o la tolerancia.
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