Un día de estos leía que no es lo mismo estar solo que sentirse solo.
Y me parece preciso. La soledad puede ser descanso y relajamiento. Ocasión de hacer un alto y descansar o pensar.
La soledad puede ser ocasión de reencuentro con uno mismo, situación ideal de reflexión o bien, oportunidad para interiorizar y descubrir el sentido del devenir de cada dìa, de las luchas y de los éxitos y fracasos.
Lo positivo de la soledad elegida y disfrutada es que ubica, sana y centra,
Pero está la otra cara de la moneda. Ese sentirse solo que desconcierta, desespera y entristece.
Se siente solo el que un día se da cuenta de que desearía estar con otros y ello no ocurre. Que le apetecería conversar y no hay con quien. Que desearía un abrazo y ello no es posible.
Esa soledad hiere y afecta el rumbo y el modo de caminar por la vida de muchos. Tal vez más de la cuenta.
La primera soledad es un don y se disfruta. La segunda es una carga y se debe buscar que la vivan pocos y, si no tocara, tratar de salir de allí con cierta gracia y creatividad.
Hagamos espacio a la soledad elegida. Cerremos la ruta personal y de los demás hacia la soledad que hiere.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Redescubriendo encuentros y convivencias
En este tiempo marcado por la información, el conocimiento y las nuevas tecnologías, las redes sociales parecen una revolución en todo senti...
-
En este tiempo marcado por la información, el conocimiento y las nuevas tecnologías, las redes sociales parecen una revolución en todo senti...
-
Vi una interesante publicación en la página queleerlibros.com y me pareció invitadora a la reflexión en torno al tema de leer, o bien, sobre...
-
Un líder ético? Estamos muy acostumbrados a oír de líderes y de sus características. Se sabe que van delante, que saben motivar, que no de...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario