Decenas? Cientos?
Muchos. Y cada uno con su enfoque y con su manera de apuntar al corazón del ser humano tan dado a excesos, sobre todo, contra los demás. El hombre experimenta y la historia lo muestra, una especie de placer extraño al hacer sufrir a los demás o a la hora de vengarse, procurar el mayor daño posible al otro, su vida y su contexto.
Pero el asunto es que no debería ser así... Lo nuestro debería ser otra cosa.
Se debería tener una capacidad peculiar de decir no y otra para asumir el reto de enfrentar el mal con abundancia de bien.
Lo que digo no es nadanovedoso. Suena a ecos de autores muy conocidos pero poco imitados tristemente. Pablo ha sido muy leído y poco imitado. Pero bueno, nunca es tarde para empezar a tomarse en serio a este gran peregrino que supo vivir al estilo de Otro.
Hoy es domingo y la tradición religiosa propia de occidente nos recuerda unas raíces, la necesidad de reconocer que un día hubo un acontecimiento que marcó la historia y que ese personaje tan peculiar fue capaz de enfrentar el mal con éxito aún en medio del desierto, la soledad, la precariedad. Sólo a base de fortaleza y carácter.
Enfrentar el mal. Todo un reto que podría redundar en un mundo más vivible, humano, justo y menor cruel. Muchas luchas en favor de los más vulnerables ya estarían ganadas hace mucho... no creen?
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