martes, 12 de marzo de 2019

Libros, autoayuda y librerías

Eso de ir por librerías es irresistible. Se mira una librería y difícilmente no se acaba por allí mirando un poco alguna novedad o promoción.

Pues ayer fui por allí. De librerías pero solo "ver y no tocar" como decía mi madre.

A veces los precios y la billetera en crisis obligan pues a eso... solo ver.



Con todo y todo, además de los precios a veces exagerados, me llamó la atención una cosa. Esto es, la cantidad de libros acerca de eso que los anaqueles bautizan como "autoayuda".

En ese anaquel y bajo ese nombre cabe de todo. Allí hay libros sobre el manejo del stress, sobre cómo ser buenos padres y mejores esposos y esposas. En esa zona de la librerías hay textos con consejos para el que está triste o para el que no desea estarlo, para el que busca el éxito o bien, reafirmalo; y hasta la clave perfecta para ser mejor líder. No faltan los libros con frases cortas "inspiradoras", alguno que otro texto -un poco New Age- sobre ángeles resguardadores y no faltan los que dan recetas acerca de cómo avanzar por la vida entre luces y nubes casi de modo permanente.

Y claro, no faltan los lectores que, en algún momento un poco oscuro de la vida, recurren a esos anaqueles para buscar una palabra de ánimo, un consejo ante la crisis o bien, una manera de sentir que el túnel sí acaba con alguna luz. Libros que, de alguna manera, hagan de confidentes ante demasiada soledad, de confensores ante la desatención de las Iglesias a sus fieles o de orientadores ante las cuotas altas de las sesiones en los sofá de los psicólogos.

He leído alguna vez algunos. Cuando se pasan momentos difíciles se busca y se busca la clave para salir de ellos.

Hay libros de autoayuda mejores y otros no tanto. Los hay realistas y otros desesperadamente optimistas. Los hay ingenuos y otros mas aterrizados en la vida real. Los hay best seller que enriquecen a algunos autores que escriben libros como por docenas y con su equipo de iluminados con gran capacidad para poner obviedades con cara de recetas infalibles hacia la felicidad. En fin, de todo.

Vale la pena gastar mucho en esos textos? Creo que no. Alguno? Sí, porqué no pero hay que ensayar alguna que otra vía. Por ejemplo, el café con un amigo, un rato de meditación, llevar algún diario, la tertulia con el pastor o el sacerdote, enfrentar los problemas con optimismo, evitar ahogarse en vasos de agua y no hacer mucho caso a esa "loca de la casa" que es la imaginación (sobre todo, cuando de cosas oscuras se trata). Puede que mas que leer es hacer. Y hacer incluso lo que leímos -poco pero bueno-  y lo que nos sugirió.

Pero se trata de hacer... solo leyendo o conocer lo que otros hicieron alguna vez y fue genial pues no es suficiente, dado que fue genial para ellos pero no necesariamente para nuestro mal momento o nuestro proyecto de vida.

Demos pasos... es buen inicio.Hacer!





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