martes, 7 de mayo de 2019

Rescatando valores y a la persona



En este momento vivimos una nueva revolución cultural. La globalización de la comunicación y de las finanzas, más las consecuencias de la posmodernidad y el surgimiento de una nueva sociedad marcada por el impacto de la información y el conocimiento pues hacen evidente que todo ha dado un giro con respecto a lo que se vivía hace unas tres décadas apenas.

Realmente el mundo ahora es un pañuelo. Nos interesan cosas que antes medio conocíamos por las enciclopedias. Vivimos en tiempo real lo bueno y lo malo de lejanos países y nos sentimos cercanos y solidarios con los triunfos o las luchas de seres humanos en zonas del mundo de las que apenas teníamos noticias.

Lo posmoderno nos dejó un mundo marcado por gran cantidad de preguntas, dejó los macro relatos en crisis y cuestionó realidades que nunca se habían cuestionado con tanta radicalidad y ello para bien o quizá para mal. Dejo un rastro de opciones por lo pasajero un poco exagerada.

Además ha surgido una sociedad en la conocer es tener poder y en la que la tecnología nos ha llevado, nos lleva y nos llevará por rutas insospechadas, a veces hasta provocadoras de cierto temor.

En este contexto hoy no es conveniente olvidar dos cosas. Una, la centralidad de la persona y dos, lo esencial de los valores.

El ser humano siempre està en el centro de la realidad creada. Es prioridad. Cierto que hay muchas especies que desean vivir junto al ser humano y que éste debe ser más responsable con respecto a aquellas, Pero ello no quita el lugar central y esencial del ser humano en cuanto ser libre y consciente. Insisto en esto porque a veces parece que el mismo ser humano se olvida de este dato y prefiere optar por otras criaturas olvidando, a veces de modo dramático, el cuido de personas que sufren y mueren por causas perfectamente evitables con un mínimo de recurso o de sensibilidad.

En cuanto a los valores, la axiología nos enseña que se trata de realidades que están allí y que valen por sí mismas aunque estén a veces virtuales o como en potencia. Realidades a conocer, promover y resguardar. Cierto que algunos valores a veces pierden cierta vigencia y otros ascienden en ella. Sólo falta saber ver y saber optar para protegerlos y hacerlos valer, sobre todo, en tiempos como estos, en los cuales parece que tantas cosas importantes se relativizan o se descartan.

Un nuevo contexto y la defensa de siempre con respecto a la persona y los valores verdaderos... todo un
reto para polìticos, educadores, religiosos y gentes dedicadas al humanismo en todas sus expresiones.


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