domingo, 12 de mayo de 2019

Pascua, retos y vocaciones

Ha llegado este domingo que en todo el mundo católico se denomina del Buen Pastor. Y llega en momentos un poco difìcil por el peso mediático y el número importante de personas vinculadas con el clero y la vida de especial consagración, además de algunos laicos vinculados con instituciones de naturaleza confesional, que han fallado en su servicio y no han hecho lo correcto.

Es una realidad. No es exclusiva de la Iglesia pero es claro que los medios consideran que es una cuestión muy destacable y que se va sobre el tema a tiempo y a destiempo aunque se obvien otros contextos en que estos problemas son iguales o más serios.

En todo caso, hoy es mejor enfocar el tema de este domingo desde otra cara. Me refiero a lo que implica encomendar el tema vocacional e incluso, solicitar cooperación económica para sostener los centros de formación de las nuevas generaciones de hombres y mujeres que han de servir a los fieles católicos desde diferentes posiciones y ministerios.

Vale hoy como ayer pedir por esa intención y ese apoyo.

A lo largo de la historia e independientemente de los criterios fuertes y hasta cizañosos que abundan en algunos medios y redes sociales, las personas dedicadas a la vida consagrada han aportado a la historia de occidente una gran cantidad de realidades valiosas que van, desde el arte en todas sus formas, la vida académica, el bienestar de los pueblos, la ciencia, etc.

Pero además y en más pequeño, hay que hablar de las personas consagradas -sacerdotes, religios@s, laicos- que han hecho que muchas gentes de todas las edades vivan su vida con más calma e ilusión mediante un consejo, una compañía o sencillamente una voz de ánimo en privado, en medio de una homilía, alguna misión, un colegio o en el corredor de un hospital o cárcel.

Por dicha y a pesar del ambiente cargado de los últimos años, de las burlas y los ataques directos, hay jóvenes que siguen tocando la puerta de seminarios, conventos, casas de formación, centros vinculados a movimientos y otras formas de espiritualidad específica, etc. Son valientes y saben ir a lo esencial por encima de las fallas de algunos, las tormentas mediáticas o las malas decisiones de algunos que hacen cabeza.



Por qué tocar este tema aquí? Porque sabemos que nos leen algunas personas que, dedicadas con alegría a una vocación al estilo de las que aquí describimos. son seres humanos admirables por su calidad humana, su integridad, sabiduría o deseos de comprometerse con la construcción de un mundo mejor. Sé que siguen este blog  profesores de universidades católicas y protestantes, algún misionero o misionera en los más oculto de ciudades gigantes o campos casi selváticos, capellanes y asistentes en centros penales, algún formador de futuros servidores y por supuesto, laicos que, en institutos seculares, viven su día a día en medio de la vida cotidiana, trabajando y encomendado la ruta del mundo de manera discreta pero convencida.

En fin, se trata hoy de mirar hacia este tipo de vida y las vocaciones que, realmente, son y serán necesarias. Puede ser que todos los que andan por el surco no son perfectos ni mucho menos, pero con gran voluntad de vivir el día a día al estilo del Pastor Bueno que hoy domingo es el centro de interés más esencial y a quien se trata de imitar con decisión a pesar del ambiente difícil que muestra este siglo presente.


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