Hay una interesante discusión en algunos países acerca de si es válido y necesario devolver el lugar que corresponde a la filosofía en medio de las aulas de primaria y de secundaria.
La discusión es especialmente fuerte en España en estas semanas.
Me parece un tema clave. Y resulta así porque las nuevas generaciones carecen de elementos que justamente la filosofía les podría aportar.
Desde la capacidad para pensar con cierto orden hasta la habilidad de ser más críticos de cara a lo que le rodea, los discursos que se le presentan, etc.
O obviamente y renglón aparte, el tema ético.
Sea que lo ético es un camino a la felicidad o sencillamente una ruta para aprender a ser más humanos, promotores de humanidad y reconocedores de la condición infinitamente del otro, sea quien sea, pues vale la pena que eso sea aprendido por las nuevas generaciones, o al menos, revalorado.
Hoy todo parece que a muchos da igual. Que la frontera entre lo mejor y lo peor se ha difuminado y que eso de lo recto pues parece que está sólo reducido al gusto de cada quien.
Será esa la vía ideal? Habrá que aportar algunos criterios mínimos para evitar el caos?
Por allí la ética daría luces. Pero eso sí... una ética bien enseñada y capaz de ilusionar a los más jóvenes con ideales y luchas que valen la pena y lleven a construir un mundo mejor.
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