A veces las luces llegan y la felicidad con ellas. Pero a veces es lo oscuro lo que aparece y viene la tristeza, la soledad, las preguntas.
De cara a las dificultades queda leerlas de modo adecuado o bien, dejarse vencer por ellas y ahogarse en la depresión.
No es fácil leer correctamente la tribulación. No es fácil evitar caer en sentimientos aplastantes. No es fácil no salir muy averiados ante un gran problema.
Sin embargo, podríamos proponernos leer bien lo que nos pasa, evitar daño extremo y descubrir rutas menos aniquilantes de cara a lo que nos pasa.
Ahora, además de tratar de leer lo que ocurre de manera correcta y cuidarnos de no caer en depresión, está otro factor muy importante: el correcto uso del tiempo.
Muchas veces los días y los meses o los años ayudan a ir cerrando brechas, heridas, resentimientos, dilemas... Obvio que ni es fácil leer lo malo que pasa de modo adecuado ni tampoco es sencillo sólo dejar que el tiempo pase. Pero es cosa de intentarlo.
La mayoría de los que leen correctamente lo que pasa y no se deseaba y además dan oportunidad a que el tiempo deje su estela curativa, parece ser que salen más y mejor librados que los que hacen lecturas dramáticas y de derrota de cara a problemas o hechos tristes vitales.
Tratemos pues...
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