miércoles, 15 de mayo de 2019

Día internacional de la familia



En este día y ya desde hace ya buen tiempo, se celebra a la familia.

No es mi interés entra en la disputa de si familia o familias. Sólo me atengo al hecho de que se trata de una realidad decisiva en la historia humana, fundamental para la subsistencia de los seres humanos a lo largo de los siglos y una unidad básica y esencial para garantizar la estabilidad de las sociedades.

Sus formas han ido variando, pero la esencia se mantiene. Se trata de una realidad que ha sido grande en un tiempo, menos luego y hoy a veces minúscula, pero que se sostiene en la relación íntima, estable y ojalá armoniosa entre sus miembros.

Es obvio que, por la misma naturaleza humana, la convivencia no siempre resulta perfecta y pacífica. Sin embargo, aún en medio de alguna que otra crisis, la idea es no dejar que la integración familiar decaiga, se superen las pruebas y se pueda avanzar, poco a poco, en medio de tanto y tanto que atenta contra la unidad y armonía familiar, léase aquí desde los problemas económicos, las limitaciones físicas, las tensiones políticas o la misma guerra, las discriminaciones o las brechas injustas, la pobreza, en fin... un largo etcétera.

Pero se trata de buscar perseverar y no tirar la toalla a la primera crisis. Esposos que a veces rozan, hijos que se sienten incomprendidos o muy ahogados en su libertad, padres o madres solitarios que viven a tope el stress del cansancio o la incomprensión, abuelas con nietos que la vida le fue dando por situaciones variadas, grupos de hermanos que tratan de salir adelante luego de la muerte violenta de sus padres o incluso por el abandono... casos y casos. Pero siempre se trata de dar la lucha. Los esposos remediar sus diferencias aún si es difícil en ocasiones, los hijos comprender el rol complejo de sus progenitores a la hora de educarles, los abuelos que creyeron haber cumplido y de repente deben dar luchas nuevas, perseverar en ellas mientras haya fuerza; en fin, batallas diarias para defender los vínculos y protegerse mutuamente.

En un día como hoy, reclamar más apoyo del estado a la familia. Igualmente, que la política pública sea capaz de favorecer toda unión de personas que, por vínculos de sangre o bien originados en el corazón (adopciones, aceptar refugiados, dar techo a amigos, etc) o por la vía legal (matrimonios y uniones civiles o de hecho de largo tiempo) llevan a personas a cuidarse y a tratar de andar por la vida sin soledad y con profundo espíritu fraterno y humano.


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